Paseo por Madrid
Este paseo puede durar unas dos horas aproximadamente, dependiendo del ritmo de tus acompañantes y lo que te enrolles con las explicaciones.
Hemos quedado a las doce en la Plaza de Oriente, de tal forma que durante el paseo nos de tiempo a tomar el aperitivo e incluso a comer después en ese Madrid tan clásico e interesante.
El punto de partida nada tiene que ver con el resto del itinerario, pero a fin de cuentas soy yo el que decide el itinerario y ya está. Mariano Benlliure diseñó este homenaje al heroísmo bajo el patrocinio de la Reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII, y costeado por suscripción popular de las mujeres, madres y esposas de los soldados caídos en la guerra del Rif. El Cabo Noval, nacido en Asturias, entrego su vida alertando a sus compañeros de la trampa que los rifeños querían perpetrar sobre las tropas españolas con la advertencia de que disparan sobre él. "¡Tirar, que vengo entre moros! ¡Fuego! ¡Viva España!".
Sobre tres patas muerte por heridas sufridas en combate.
Y finalmente, sobre dos patas muerte en combate. Caso curioso el que nos ocupa pues Felipe IV murió de muerte natural debido a unas fiebres. Pero incluso esto, o la megalomanía de algunos, debería ser caso de estudio aparte.
En cualquier caso, lo interesante de esta escultura es la enorme participación en su confección así como en su resolución científica. El diseño corresponde al escultor Pietro Tacca, los bocetos iniciales así como los finales a Diego de Velázquez que tuvo que reformarlos y la solución técnica a Galileo.
Otro de los aspectos que llama la atención de la Plaza de Oriente es la profusión de estatuas regias que enmarca la plaza. Pues bien, estas 108 esculturas recorren la historia de los reyes de España desde sus orígenes. Parece ser que en un principio estas estaban destinadas a ornar las cornisas de palacio, pero que debido a las supersticiones de Isabel de Farnesio, esposa de Felipe V, y el temor a que un día ventoso se desplomasen sobre ella, estas fueron cambiadas a su actual ubicación tras dormir durante años en los bajos de palacio. Todas las que están son, pero no todas las que son están, pues algunas viajaron a los cercanos jardines de Sabatini o incluso a El Ferrol, Vitoria o Pamplona como la de García Ramírez El Restaurador.
Esta calle, esta cargada de historias y leyendas como la del Guardia de Corps Echenique conocido entre sus compañeros por su fama de mujeriego y conquistador. Al parecer, desde uno de los balcones de esta calle, una bella mujer reclamaba su atención y, como era de esperar, el buen Echenique acude solícito a la llamada de tan angustiada dama para prestarle sus servicios. Tras una noche de pasión, el Guardia regresa ensimismado, por no decir embobado, a su catre en Palacio. Al llegar al mismo, se percata de la falta de su sable y rápidamente vuelve sobre sus pasos buscando el balcón. Su sorpresa no puede ser mayor al comprobar que el edificio donde ha pasado tan agradables momentos no es mas que una ruina de escombros entre los que sí aparece su sable. Perplejo y al mismo tiempo arrepentido, ofrenda su sable y el resto de su existencia a la vida religiosa.
Otra escabrosa leyenda, pero mucho más actual, la protagonizan dos ancianas que compartían su pasión por los gatos. Tal era su pasión, que deciden prescindir de su propia alimentación en beneficio de la de los felinos. Las penurias y la falta de alimentación acarrea el fallecimiento de ambas ancianas y los gatos para evitar correr la misma suerte deciden alimentarse de sus cuerpos. El edificio en cuestión, estaba ahí mismo y fue derribado en 1972.
Otro aspecto curioso que podemos ver en esta zona, aunque se aprecie mejor en el barrio de las letras, es lo que se conoce como casas a la malicia. No, no tengáis mentes calenturientas, pues no se trata de casas de mal vivir o de lenocinio. Veréis, Felipe II, decide trasladar la Corte de Toledo a Madrid. Ese traslado, implica también el traslado de los cortesanos y funcionarios para lo que se dicta la Regalía de Aposento, por la que los ciudadanos debían dar aposento o ceder espacio de sus viviendas a dichos funcionarios y cortesanos. ¡Vamos, dejar que unos Okupas se metieran en tu casa!. Para evitar dicho atropello, y descontentos con tal medida, los madrileños desarrollan un nuevo concepto de interiorismo, creando falsos techos con buhardillas, plantas intermedias, tejados inclinados, ventanas a distintas alturas todo para evitar la aplicación de la medida. ¿Es eso malicia o desarrollo estructural?
La plaza de la Villa es otra de esas plazas mágicas de Madrid, en ella confluyen las calles del Codo y del Cordón, también aquí se dan cita tres estilos arquitectónicos. En primer lugar, por orden de antigüedad, la Casa y Torre de los Lujanes de estilo gótico-mudéjar y considerado como el edificio civil más antiguo de Madrid. En esta torre estuvo cautivo Francisco I de Francia tras la batalla de Pavía pero tras la firma del tratado de Madrid regresó a Francia dejando como rehenes a sus dos hijos ¡Vaya padre!. La siguiente en antigüedad es la Casa de Cisneros (1537) de estilo plateresco. Sus balcones son de los más antiguos de Madrid y su acceso principal es por la Calle Sacramento y no por la plaza de la Villa. Variados e ilustres han sido sus inquilinos como Antonio Pérez (el que fuera secretario de Felipe II y acabase liado con la princesa del parche en el ojo, la bella princesa de Éboli); el Conde de Campomanes (ministro de hacienda con Carlos III); Narváez (Presidente del Gobierno con Isabel II, fallecido entre sus muros) o el Conde de Romanones (presidente del Consejo de Ministros con Alfonso XIII y nacido en esta casa). Por último, nos encontramos con la Casa de la Villa, de estilo barroco. Construida inicialmente como centro de reunión del Consejo del Reino (Felipe IV), también sirvió como cárcel y como sede principal del ayuntamiento de Madrid hasta 2007. Su arquitecto inicial fue Juan Gómez de Haro, aunque en sus posteriores reformas también participaron arquitectos como Juan de Villanueva.
En el centro la Plaza de la Villa se encuentra la estatua de Don Álvaro de Bazán, insigne marino que contribuyó a la victoria de Lepanto (haciendo uso por primera vez de tropas de Infantería embarcadas) y también facilitó el acceso de Felipe II al trono de Portugal con la conquista de la isla de Terceira. La escultura en bronce, fue encargada a Mariano Benlliure (el mismo que realizó la del Cabo Noval) y contó con el patrocinio de la Reina Regente María Cristina (quien bordara la bandera de la Academia General Militar) y fue sufragada por suscripción popular. En la parte posterior del pedestal, pueden leerse unos versos de Lope de Vega en reconocimiento a su labor:
EL FIERO TURCO EN LEPANTO
EN LA TERCERA EL FRANCÉS
EN TODO EL MAR EL INGLÉS
TUVIERON DE VERME ESPANTO.
REY SERVIDO Y PATRIA HONRADA
DIRÁN MEJOR QUIÉN HE SIDO
POR LA CRUZ DE MI APELLIDO
Y CON LA CRUZ DE MI ESPADA.
MDCCCXCI
Por ejemplo, ¿sabrías decirme el nombre de las diez calles que parten de Sol? Ya te he dado una pista, son diez:
Alcalá, Carrera de San Jeronimo, Espoz y Mina, Carretas, Correo, Mayor, Arenal, Preciados, Carmen y Montera.
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