Costa Brava
Revisando mi Moleskine de viajes,
me he encontrado con un par de escapadas que aún no os había contado. De un
lado, un viaje en familia a la ciudad de Marrakech que os descubriré más
adelante. De otro, esta escapada por la Costa
Brava, un lugar que tienes que visitar sí o sí.
Sus increíbles playas y
recónditas calas de aguas cristalinas; su fabulosa gastronomía que combina mar
y montaña; su amplia oferta cultural y sus pueblos medievales cargados de
historia y mágicos rincones, son motivos más que suficientes para que hagas un
hueco en tu agenda y te decidas a disfrutar por unos días de este rincón
español.
Parada obligatoria en tu escapada
a la Costa Brava es la ciudad de Gerona.
Pasear pos sus calles y perderte en su casco antiguo o por el barrio judío son
experiencias que te transportarán a tiempos remotos o lugares de ficción. No es
de extrañar que por ello, algunas de las escenas de Juego de Tronos hayan sido
filmadas en Gerona. Aparte de callejear, destaco tres puntos imprescindibles en
tu ruta por Gerona. En primer lugar la Catedral,
que desde lo alto vigila toda la ciudad.
Construida en estilos románico y gótico, alberga la nave gótica más
ancha de Europa. Otro punto emblemático son las casas colgantes sobre el río Onyar, todas en tonos ocres, amarillos
y naranjas excepto la del arquitecto Masó pintada de blanco. Por último el
puente de las Peixeterias velles,
también conocido como puente de hierro o de Eiffel (debido a que fue construido
por la empresa de Gustave Eiffel unos años antes que su famosa torre).
Callejeando por Girona |
Quizá una de las mejores formas
de conocer la Costa Brava, sea a través de los Caminos de Ronda que
originalmente servían de vigilancia contra los ataques de piratas y corsarios
además de vía de comunicación entre los distintos pueblos pesqueros. Su nombre,
sin embargo, es más actual y tiene que ver con las rondas que Carabineros y
Guardia Civil realizaban para evitar el estraperlo de tabaco. Sus 130 Km están
divididos en tramos de distinta dificultad discurriendo algunos por paseos
marítimos y otros por zonas más abruptas. En cualquier caso te recomiendo que
lleves calzado cómodo y los recorras siempre en dirección Norte.
Tamariu |
Comenzamos nuestro primer
tramo en La Fosca, llamada así por el gran islote negro frente a la playa.
Pasado el Castillo de Sant Esteve y el pinar de Gori llegarás a un recodo del
camino desde donde tendrás una de las mejores vistas de la Costa Brava. El
pequeño pueblo de pescadores de S’Alguer,
con sus casas encaladas y sus puertas de diferentes y llamativos colores como
las barcas varadas en la playa, es un lugar en el que desearías poder quedarte
mucho tiempo disfrutando de la tranquilidad del mar. De ahí continuamos hasta
la playa del Castell, integrada en el
espacio protegido Castell-Cap Roig, un estupendo arenal virgen y libre de
edificaciones. Tras pasar por el poblado Ibérico, pasamos junto a la barraca de
Dalí, pequeña construcción con la puerta inclinada que debería haber servido
como taller al pintor pero que parece no
utilizó. Finalmente terminamos disfrutando de las cristalinas aguas de Cala Estreta.
La Fosca |
Otro de los tramos más agradables
y bonitos de los Caminos de Ronda, es el que va de la Playa del Golfet hasta Llafranc.
Este tramo de dificultad baja, discurre entre pinos y vegetación tropical, con
maravillosas vistas de acantilados y playas además de preciosas panorámicas de
sus pueblos.
Desde el Golfet, puedes divisar
el pequeño archipiélago rocoso de las Formigues, donde Roger de Lauria en 1285
y al mando de la flota de la corona de Aragón, hizo frente a la flota francesa
que luchaba por la supremacía del Mediterráneo. Entre pinos llegaras hasta el veterano
Hotel Sant Roc y una vez rebasado este te encontrarás con la playa Port Peligrí
dominada por diversas cabañas de pescadores con sus portalones de colores.
Continuando camino adelante verás otra de las emblemáticas postales de la Costa
Brava, Port Bo y la Playa de las barcas,
con su característica arcada y donde el primer sábado de julio celebran el conocido
festival de habaneras. Seguidamente,
desembocarás en la playa de Canadell, donde la familia de Josep Pla tenía su
residencia de verano y sobre la que escribió: “una de las mayores delicias del Canadell es ir, una vez que has
comido, a tumbarte un par de horas a la sombra del vientre de una barca.” Pasada
la Torre de Colella, construida en 1597 para prevenir los ataques piratas, te
toparás con una de las tres esculturas dedicadas a la Gente del Mar por el pintor y escultor Rodolfo Candelaria. Finalmente
y tras unos tramos de escaleras llegarás a la playa de Llafranc. Si aún te
sientes con ánimo, puedes continuar tu recorrido hasta el cabo de San Sebastián
aunque también puedes optar por disfrutar de un buen arroz en La Llagosta.
Canadell |
Pero la Costa Brava o el Bajo Ampurdán
es mucho más que sus calas así que ahora te voy a llevar a otros rincones que
no debes perderte o mejor aún, en los que debes perderte.
Visitar Pals y Peratallada, es
un viaje en el tiempo, es volver a la Edad Media. Pasear por sus estrechas
calles empedradas, con arcos de medio punto y fachadas de piedra cubiertas de
trepadoras y buganvillas que recuerdan a la Toscana, es una experiencia que no debes
dejar pasar. Descubrir sus mejores rincones, cargados de historia unos y de
romanticismo otros, es sin duda un difícil ejercicio ya que cada uno te
parecerá más interesante que el anterior.
Pals |
Hablar de la Costa Brava es
hablar de Salvador Dalí, el que
fuera su más insigne representante. Aunque nacido y fallecido en Figueres, para
mí, hay otros dos lugares que tienen un especial atractivo. Por un lado la Casa museo Salvador Dalí en Portlligat,
junto a Cadaqués y por otro el Castell
Gala Dalí en Pubol. En ambos casos reserva tu visita con antelación ya que
la afluencia de público es numerosa especialmente en época estival.
La casa comenzó siendo tan sólo
una barraca de pescadores que fue ampliándose con el tiempo hasta convertirse
en residencia y taller entre 1930 y 1982. Las extravagancias y personal estilo
del artista se ven por toda la casa con una decoración un tanto abigarrada y
kitsch. Antes o después de tu visita a la Casa Museo, no dejes de pasear por
las estrechas calles de Cadaqués disfrutando de sus casas encaladas, galerías
de arte y románticos rincones.
Casa Museo Dalí |
En cuanto al Castillo de Pubol, este fue un
regalo a su esposa y musa Gala, al que el pintor solo podía acceder por expresa
invitación de ella. El Castillo fue reconstruido bajo las órdenes del propio
Dalí para convertirse en el lugar de descanso y refugio de Gala. Su decoración
es más sobria y menos estrambótica, aunque conserva la evidente mano del
artista. Tras el fallecimiento de Gala en 1982, Dalí se trasladó al Castillo
aunque no sabemos si con invitación previa.
Castillo de Gala |
Otras visitas que deberías hacer
en tu escapada por la Costa Brava:
Los Jardines Cap Roig albergan cerca de 1000 especies botánicas
distintas procedentes de todo el mundo. Su origen se remonta a 1927 cuando el
matrimonio formado por el Coronel ruso Woevodsky y la aristócrata inglesa
Webster, deciden afincarse en la zona y crear un espacio de sosiego. El
matrimonio Woevodsky cedió el conjunto con la condición de que se preservara el
patrimonio paisajístico. A día de hoy, la
Obra Social La Caixa se encarga de su gestión organizando eventos y
exposiciones y dando a conocer a talentos contemporáneos de la escultura.
Jardines Cap Roig |
El Monasterio de Sant Pere de Rodas se levanta en la montaña
de Verdera, cerca de Port de la Selva. Esta impresionante Abadía benedictina
tiene sus orígenes en torno a la iglesia y claustro románicos del siglo X.
Parece que el motivo de su construcción fue el de dar cobijo a las reliquias de
San Pedro y otros santos para evitar que estas fueran profanadas durante el
saqueo de Roma. La visita, perfectamente explicada a través de la audio-guía,
te transporta a las páginas de Los
Pilares de la tierra, de El nombre de
la rosa o a las escenas de Juego de
Tronos. Cerca del monasterio, puedes visitar las ruinas del Castillo de San
Salvador que inicialmente le prestaba protección o las del poblado medieval de
Santa Cruz. Acabada la visita un lugar correcto para comer es el restaurante Ca la Paquita en
Port de la Selva.
Poblado de Santa Cruz |
Me gustaría seguir descubriéndote
nuevas calas, pueblos o restaurantes de la Costa Brava pero la escapada toca a
su fin y tendrás que esperar a la próxima ocasión que tenga de volver a estas maravillosas
tierras.
Si quieres ver más fotos pincha aquí.
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